Nada en este mundo puede satisfacer nuestra vida, ya sea fama, dinero, poder, placeres, etc. Nada se comparará a la presencia de Dios. Salmo 42:1 nos dice: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía" Dios nos enseña que él puso eternidad en nuestros corazones, por lo tanto nuestra alma está sedienta siempre del único que puede llenarla. Eso solo lo puede hacer nuestro Dios. La realidad de nuestra necesidad por él es buena porque crea la oportunidad perfecta para buscarle con todo nuestro corazón. Twice a través de esta canción (Salmo 42) nos lleva a cantar: Mi Corazón Te Anhela Dios.
Salmo 42 - Twice
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